viernes, 14 de diciembre de 2012

Buscando Un Amigo para el Fin del Mundo **1/2


(Seeking a Friend for the End of the World, EUA/Singapur/Malasia/Indonesia) Clasificación México 'B-15'/EUA 'R'
Calificación ****Excelente ***Buena **Regular *Mala
 
La pregunta es típica: ¿qué harías si te quedaran X días para vivir? De ahí parten respuestas tan variadas como personas hay, seguramente. Sin embargo, tanto la pregunta como las respuestas asumen que sólo la persona que contesta va a morir y todos los demás nos quedaremos a ver el tiradero que dejó el muertito con su último deseo. En esta película, la pregunta se hace con el tema de moda en este diciembre: ¿qué harías si el mundo se fuera a acabar en tres semanas? Y luego nos lleva en un viaje con Dodge, su protagonista, mientras lo vemos decidir qué hacer con sus últimos días. Y como sus últimos días también, dentro de la película, son nuestros últimos días, nos pasamos el rato pensando qué haríamos nosotros.
 
La guionista Lorene Scafaria dirige su primera película sin apartarse mucho del tema que presentó en 2008 en Nick y Norah, Una Noche de Música y Amor: el muchacho sin mucho futuro conoce a la muchacha, no tienen nada en común pero "el destino" los une o, mejor dicho, deciden unirse en una jornada en la que intercambian ideas y deciden que son almas gemelas y no pueden vivir el uno sin el otro. En este caso, el muchacho no lo es tanto, con el cuarentón Dodge (Steve Carrell, de Virgen a los 40 o Loco y Estúpido Amor, ahora en plan serio, como lo vimos en Dan en la Vida Real) y la muchacha es la flaquita veinteañera Penny (Keira Knightley, de Piratas del Caribe). Además, ninguno de los dos tiene futuro, igual que el resto de quienes vivimos en el planeta, ya que justo al inicio de la cinta se nos informa que un asteroide chocará con la Tierra en exactamente tres semanas. Y pa' acabarla, el personaje de Carrell, Dodge, es vendedor de seguros. Ante el fin del mundo, he ahí una mala elección de carrera...
 
Lo que sigue después del fatidico anuncio inicial consiste en una serie de viñetas en las que vemos a Dodge deambular, solo, de su casa al trabajo para hacer llamadas telefónicas a posibles clientes ("¿el seguro me cubre eventos apocalípticos?") o bien, asistir a juntas en que se ofrece subir de escalafón simplemente porque ya no importa quién ocupe el puesto. Dodge regresa a su casa para encontrar a su sirvienta limpiando afanosamente: "compre más Windex". Aún cuando vemos el ocasional ataque de nervios en alguno de los personajes marginales, es sorprendente lo bien que la mayoría de los personajes que Dodge encuentra han tomado la noticia del fin del mundo pero, pensaba yo mientras veía la película, ¿cómo lo tomaría yo?
 
El planteamiento de la directora Scafaria da para esto, no sólo por el tema sino por las opciones que nos presenta entre los conocidos de Dodge ("comer y beber lo que sea", "ponerme todas las joyas que tengo", "ligarme a cuanta chamaca se me atraviese"). El propio Dodge no sabe qué hacer ante tal buffet, hasta que conoce a Penny, su flaquita vecina inglesa, que sólo quiere regresar a Inglaterra para morir junto a su familia. Dodge está tan solo en su indecisión sobre sus últimos días, que acepta la compañía de Penny.
 
Es claro, desde que se conocen, que eventualmente (es decir, antes de tres semanas) Penny y Dodge se involucrarán románticamente, por lo que creo que algunos de los elementos que Scafaria inserta en su historia son innecesarios, dadas las motivaciones de ambos personajes. Para empezar, se conocen de una forma típica en las comedias románticas, por accidente y de una forma completamente extraordinaria que inmediatamente deja claro en Dodge que esta muchacha es especial. Bueno, si el mundo fuera a terminar en tres semanas y usted estuviera solo, ¿no le parece que cualquier vecina atractiva sería alguien extraordinario para conocer? De cualquier manera, Penny decide que Dodge tiene que tener un motivo para continuar y juntos se embarcan en un viaje por carretera, de esos que en las películas sirven a un par de desconocidos para descubrirse como destinados el uno al otro.
 
Naturalmente, en el camino encontrarán a una serie de personajes interesantes o extraños, pero cómo no serlo si el mundo se va a acabar, ¿no? Aun así, Dodge y Penny siguen juntos, contándose sus penas en esa interminable (es un decir) espera para el impacto final. El resultado va de pláticas triviales a profundas, diseñadas no sólo para entretenernos, sino también hacernos pensar. Es inevitable, ante algunas de las situaciones presentadas, especialmente la que tiene que ver con la familia de Dodge, ponerse inmediatamente en su lugar y pensar: "en vida, hermano, en vida". Curiosamente el personaje de Penny no tiene esta distinción y funciona sólo como un motivo de Dodge para seguir adelante. Tanto así, que lo que uno adivina que va a pasar con ella, finalmente pasa.
 
Disfruté de la determinación de la directora Scafaria en seguir adelante con su premisa hasta el final, por lo que me pareció innecesaria una revelación que ocurre hacia los últimos minutos de película pero que no cambia en nada ni a los personajes ni a la historia. Esta película, finalmente, me hizo recordar otra con un tema similar, Presagio (Alex Proyas, 2009). En ella, sólo Nicholas Cage sabía que el mundo se iba a acabar. El resto no lo sabía. Uno, como espectador, también se preguntaba "¿yo qué haría?" Lo mejor de Buscando un Amigo Para el Fin del Mundo es que la pregunta se convierte a plural: "¿Qué haremos con las tres semanas que nos quedan?" Sería bueno preguntarse, más bien: "Y ¿cómo sabes que de veras vas a durar las tres semanas?" En vida, hermano, en vida.

No hay comentarios: