miércoles, 23 de septiembre de 2015

Shaun el cordero ****

(Shaun the sheep movie, RU/Francia 2015) Clasificación México ‘AA’/EUA ’PG’
Calificaciones ****Excelente ***Bueno **Regular *Mala

Qué delicia cuando uno encuentra una película que nos regresa a lo más básico del cine: imágenes en movimiento para hacernos sentir alguna emoción. Y “Shaun el cordero”, el sexto largometraje de la casa británica Aardman, especializada en la animación en plastilina, es un excelente recordatorio que nos hace reír de principio a fin.

La premisa es muy simple: Shaun forma parte de un grupo de corderos en la granja, donde son cuidados por un perro pastor, obligados a cumplir el estricto horario impuesto por el granjero. El alma rebelde de Shaun pone a todos en revolución y eventualmente el grupo, perro y granjero incluidos, terminan cada uno en su propia aventura en la gran ciudad.

La trama en realidad sólo sirve de pretexto para una serie de graciosísimas escenas de humor físico y comedia de enredos, casi todas a cargo de Shaun y los corderos, aunque el perro y el granjero (¡y hasta los cochis!) también tienen sus momentos de brillo propio. Por aquí y por allá hay algunas referencias a películas “clásicas” que harán reír a los adultos pero seguramente escapan a los niños, como “El silencio de los inocentes” y “Sueño de fuga”, pero no son tantas y sobre todo no son importantes para entender el resto de los chistes ni mucho menos la historia.

Escrita y dirigida por Richard Starzak y Mark Burton, además de la desatada comedia, “Shaun el cordero” es un impresionante espectáculo visual al ser animada a partir de muñecos de plastilina, “moviéndose” en escenarios reales, que van de la granja a una carretera y a distintos rincones de la ciudad, con todos los detalles incluidos. La iluminación y la fotografía crean escenarios muy convincentes, al grado que uno termina olvidando que no estamos viendo más que pequeñas maquetas en un estudio.

El otro gran logro es que no hay una sola línea de diálogo en toda la película. La trama y los chistes se explican todos en forma visual y cuando los personajes llegan a “hablar”, lo hacen en forma ininteligible, al estilo de Mr. Bean, por mencionar sólo un ejemplo relativamente reciente. Así que no se vaya usted con la finta del anuncio “Doblada al Español”. “Shaun el cordero” habla un solo idioma: el del cine puro.

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