jueves, 2 de octubre de 2014

¡Me Muero Bichi! / VII: ¡Chúpale Pichón!

Porque el arte no necesita de estrellitas ni calificaciones, sigue mi batalla personal contra la estupidez de los destruibuidores de cine en México, desde la comodidad de mi sala. En cueros.
Nosferatu (Alemania, 1922) - Dirigida por el maestro del expresionismo fílmico alemán, F. W. Murnau, Nosferatu es muy probablemente la primera película adaptada de la novela de Bram Stoker, pero... sin el permiso de sus herederos, por lo que el Conde Drácula se convirtió en el Conde Orlok y la acción ocurre en Alemania, no en Inglaterra. La familia Stoker ganó la demanda legal y todas las copias en Europa fueron destruidas. Eventualmente aparecieron algunas copias "piratas" y el afortunado resultado es que hoy en día podemos disfrutar esta joya del cine silente.

Aunque la historia horroriza por sí misma, nadie va a brincar del susto con esta película. Más bien, las ideas presentadas, al seguir de cerca la novela de Stoker, son muy inquietantes (la misma palabra "nosferatu" es introducida en la novela Drácula como sinónimo de "vampiro"); una diferencia importante es que el repugnante Conde Orlok (el excéntrico y feo actor Max Schrek) no convierte a sus víctimas en vampiros, solamente chupa su sangre y los lleva a la muerte. Sobre todo, muchas de las imágenes se quedan en la cabeza del espectador, para alimentar más de una pesadilla. En YouTube y otros sitios.

Drácula (EUA, 1931) - La primera película de los Estudios Universal sobre el monstruo, encarnado por el legendario actor Bela Lugosi, que sentaría las bases para la imagen de Drácula durante el resto del siglo XX. Al igual que Nosferatu, la historia está adaptada de la novela de Bram Stoker e incluso varias de las secuencias parecen inspiradas, por no decir copiadas, de esa cinta alemana.

El toque ganador es el personaje creado por Lugosi, elegante, encantador y repugnante a la vez (hay que verlo alegrarse con los aullidos de “los niños de la noche”, por ejemplo). Con efectos especiales austeros pero efectivos, la atmósfera de miedo a lo sobrenatural sigue funcionando, especialmente en la versión musicalizada en 1999 por el maestro Phillip Glass y su cuarteto Kronos. En YouTube se encuentra una buena copia de esta edición y la recomiendo muy por encima de la original de 1931, carente de música.

Drácula (EUA, 1992) - Cuando Francis Ford Coppola era buen cineasta, dirigió esta adaptación de la novela, que aunque en Inglés se titula “Drácula de Bram Stoker”, en realidad se aleja del libro al incorporar el elemento del origen de Drácula y de paso cambia radicalmente al personaje central, que ahora es un mártir del amor, renegando de Dios al morir su amada. Así, el miedo y la repugnancia que podamos sentir por Drácula son atenuados por nuestra lástima, en una especie de “yo… soy rebelde porquelmundomehahechoasí…” de las películas de terror.

El diseño de producción, con todas sus maquetas, es una delicia; la música, una maravilla, así como la interpretación de Gary Oldman como el Conde, que aquí, al igual que en la novela, cambia gradualmente de un anciano a un seductor joven que, en todo caso, es una pantalla para su depravación. Anthony Hopkins se luce como Van Helsing, pero Winona Ryder como una aguada Mina y especialmente Keanu Reeves como su enamorado salvador se vuelven un lastre que hay que sobrellevar.
Se encuentra en YouTube y otros sitios.

La Sombra del Vampiro (RU/EUA/Luxemburgo, 2000) - Para reírse de lo lindo con la historia (inventada, por supuesto) detrás de la filmación de Nosferatu, la adaptación alemana de Drácula, de 1922. Aquí, la propuesta es que el director F. W. Murnau (John Malkovich, desatado como de costumbre) contrata a un verdadero vampiro para interpretar al chupasangre Conde Orlok. Así, el físicamente grotesco actor Max Schrek (Willem Dafoe aún más feo de lo que es) en realidad no es un excéntrico artesano que siempre está en su papel, aunque no estén filmando, sino un vampiro que sólo trabaja de noche y poco a poco se va merendando, literalmente, a los miembros del equipo de producción.

Conforme van desapareciendo los trabajadores, el choque entre Murnau y su estrella Schrek va creciendo a niveles igualmente alarmantes e hilarantes: “¡Eres un monstruo! ¿Por qué te quieres comer al escritor? ¡Mejor cómete a la ayudante del escritor!”.
Disponible en YouTube y otros sitios.

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