Ahora que ví El Conjuro, del director James Wan, pasó lo que tenía que pasar. Una buena película de terror siempre me despierta el apetito por más, pero lamentablemente no hay tantas para escoger. Mientras tanto, no está de más hacer un rápido recuento de las diez películas que más me han asustado en las últimas cuatro décadas.
Van en orden de gusto y susto, de menos a más:
10. El Auto (Elliot Silverstein, 1977) – El chamuco manejando un siniestro automóvil negro, atropellando a quien se le atraviese en un pequeño y pintoresco pueblito gringo. ¿De dónde vino, a dónde va y qué quiere? La película no lo explica pero no es necesario. Cada vez que el maldito carro aparece en pantalla acelerando el motor como si la gasolina se la subsidiara Venezuela, el público suda frío.
9. Amityville (Stuart Rosenberg, 1979) – Esta debe ser la cinta original de casas poseídas por espíritus malignos que, entre otras cosas, detienen los relojes a las 3 de la mañana y espantan a sus ocupantes para cometer actos terribles. El aviso inicial de que está basada en una historia real le dio un peso muy fuerte en el público de fines de los 1970s y su legado continúa hasta nuestros días, para bien y para mal.
8. Scream (Wes Craven, 1996) – El director Craven decide, en los ‘90s, que el género de terror necesita revitalizarse y nos entrega esta idea en la que los personajes, incluyendo al sobrenatural asesino, se saben dentro de una película de terror y todo lo que hacen, consciente e inconscientemente, termina siendo consistente con la disección que Craven hace de sus propias cintas. El resultado es más divertido que aterrador, por cierto.
7. La Noche de los Muertos Vivientes (George Romero, 1968) – De la nada, aparecen personas con apariencia cadavérica y empiezan a morder cristianos a diestra y siniestra. Los personajes principales se encierran en una casa y pasan toda la noche defendiéndose de los muertos mordelones. La primera película gringa de zombis (aunque nunca son llamados así en ella) saca buenos sustos e incluye crítica social bastante bien lograda. Las posteriores imitaciones se han limitado a mostrar zombis de todo tipo (hasta correlones y parlanchines) despachándose a los vivos.
6. 28 Días Después (Danny Boyle, 2002) – Una de las mejores apropiaciones del concepto iniciado por La Noche de los Muertos Vivientes, aunque aquí los monstruos no son muertos, sino personas infectadas por algún tipo de bicho que se transmite por contacto con la sangre de un contagiado. La persona no muere sino que empieza, en unos minutos, a corretear a sus prójimos para recetarles sus mordiscos.
5. Déjame Entrar (Tomas Alfredson, 2008) – A diferencia de las historias de vampiros basadas en Drácula, el vampiro de Déjame Entrar es un condenado a ser inmortal, que mata por la necesidad de beber sangre humana, no por maldad. Tanto así, que necesita de aliados humanos que compartan sus “buenas intenciones”, creando una relación simbiótica que sólo se entiende cuando se ve la película. La escena de la piscina, una de las más escalofriantes que se hayan filmado… sin mostrar nada.
4. El Monstruo (The Host, Bong Joon-ho, 2006) – Esta cinta koreana toma lo mejor de Godzilla, Tiburón y Alien, lo mezcla con drama y tragicomedia familiar y nos presenta una historia aterradora que nos deja helados, tanto por el monstruo como por las decisiones que van tomando los personajes a medida que su ambiente va cambiando.
3. El Bebé de Rosemary (Roman Polanski, 1968) – Una joven neoyorkina descubre que lleva en su vientre al anticristo, después de caer víctima de un grupo de adoradores del demonio. La inocencia de la protagonista hace juego con la sencillez con que son presentadas las intenciones de los malos, para aumentar gradualmente el terror, hasta llegar a la escena del enfrentamiento de la madre con el bebé y la terrible decisión que toma.
2. Tiburón (Steven Spielberg, 1975) – Desde su estreno en el verano del ‘75, las playas no volvieron a ser las mismas. Ni los cines, que a partir de entonces, verano a verano, se llenan de público ávido de emociones fuertes en la pantalla grande. El tiburón no aparece sino hasta la mitad de la película pero desde los primeros minutos el terror de la pantalla se vuelca a los espectadores, ayudado por las inconfundibles e inolvidables notas musicales de John Williams en esta primera de muchas geniales colaboraciones con Steven Spielberg.
1. Alien, El Octavo Pasajero (Ridley Scott, 1979) – Una misión carguera espacial se topa con un planeta abandonado, donde anidan unas criaturas con apariencia de insectos, dentro de unos misteriosos huevos. Uno de los bichos ataca a un miembro de la tripulación y al ser llevado a la nave, comienza la carrera contra la muerte, donde uno a uno, los pasajeros van desapareciendo en las fauces del enorme y temible monstruo. En el espacio nadie te escuchará gritar, pero en el cine… por supuesto.
Ya sé, ya sé: ¿dos número 1? Alien es mi número 1 pero reconozco que, sin duda, la película que más miedo me provoca y me hace sudar frío desde la primera escena es…
1. El Exorcista (William Friedkin, 1973) – La primera película hollywoodense mayor en tratar la posesión demoniaca y la lucha de la iglesia Católica contra el maligno. El Exorcista sentó las bases para las siguientes cintas sobre el tema, mostrando a la inocente familia afectada primero, pero luego centrándose en la historia del creyente que en un máximo acto de fe se enfrenta al demonio en nombre de Dios.
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