viernes, 13 de diciembre de 2013

Este es El Fin ***1/2

(This is the end, EUA 2013) Clasificación México ‘C/EUA ‘R’
Calificaciones ****Excelente ***Buena **Regular *Mala
Ah, qué gusto cuando los cineastas se olvidan de la corrección política y llevan la parodia y la sátira hasta sus últimas consecuencias. Y en el caso de Este es El Fin, el actor, escritor y director Seth Rogen literalmente va hasta las últimas consecuencias, con el Armagedón como fondo de esta oscura comedia.

Todo empieza con Seth Rogen recibiendo en el aeropuerto de Los Angeles a su amigo y colega actor Jay Baruchel (a quienes vimos juntos en Ligeramente Embarazada, escrita también por Rogen). Seth y Jay se enfilan a Beverly Hills, para la inauguración de la casa de James Franco (a quien vimos recientemente en Oz El Poderoso y en Spring Breakers pero también junto a Rogen en Piña Express). En la casa de Franco se encuentran con una fiesta típica de Hollywood, donde hay de todo: como dicen, sexo, drogas y rocanrol. De los invitados a la bacanal reconocemos, entre otros, a Emma Watson (Hermione en las películas de Harry Potter), a Rihanna (cantante y actriz en Batalla Naval) y a Michael Cera, Jonah Hill y Christopher Mintz-Plasse (el trío de adolescentes bobalicones de Supercool). Todos ellos y otros más bebiendo o bien, drogándose o bien, escabulléndose a alguna habitación para un rapidín. Como dije, típica fiesta de Hollywood.

Notará el lector que he insistido en los nombres de los actores que aparecen y esto no es un capricho trivial: resulta que las celebridades que vemos en Este es El Fin se están interpretando a sí mismos. O, mejor dicho, a versiones (espero) ficticias y amplificadas de sí mismos. Así, por ejemplo, descubrimos que Michael Cera es un degenerado narcisista, Jonah Hill es un dulce joven que quiere ser amigo de todos, Emma Watson una incipiente alcohólica, al igual que Rihanna; James Franco es un inseguro millonario que insiste en ser reconocido como muy cultivado, además de profesar una malsana devoción por Seth Rogen, quien, por otro lado y junto con Jay Baruchel no son más que dos mariguanos que actúan, por unos sueldazos, en películas sobre… mariguanos.

Tome usted ahora este coctel de finas personas e insértelos en una catástrofe natural, como un enorme terremoto de los que tememos algún día azotarán estas regiones de la falla de San Andrés. Fieles a la premisa inicial, inmediatamente salen a relucir las egoístas y vacías personalidades del grupo de actores, a quien se unen los igualmente degenerados Craig Robinson y Danny McBride en un esfuerzo conjunto por sobrevivir. Excepto que la susodicha catástrofe natural no es un terremoto cualquiera sino, como queda claro para quienes lo vemos desde la butaca, nada más y nada menos que el Armagedón, mejor conocido como el fin de los días anunciado en el libro del Apocalipsis. Así ya cambia la cosa.

Lo realmente valioso y el mejor detonador para la comedia en Este es El Fin es, precisamente, que la cosa no cambia: los personajes que vemos sí son superficiales, vacíos, degenerados y egoístas. Ni el Armagedón los hará cambiar y, en todo caso, ¿cuál sería el punto, si ya están en medio del Juicio Final?

El mérito es, sin duda, de los coescritores y en esta ocasión codirectores canadienses Seth Rogen y Evan Goldberg, que deciden echarse de cabeza en medio de lo peor del mundo hollywoodense y arrastrar en el camino a sus colegas y amigos, que por su parte les siguen el juego hasta donde sea que quieran llegar. Este estilo de comedia subversiva y hasta de denuncia, más común hace unos cuarenta años, ha desaparecido casi por completo de Hollywood y es refrescante encontrar películas así, con actores como éstos, que no tienen miedo de no sólo parodiar a ese sistema de fabricación de celebridades al vapor, sino utilizar sus propios nombres e imágenes públicas en aras de la sátira desbocada. Esperemos que el jucio final hollywoodense no llegue pronto para este par.

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