jueves, 18 de noviembre de 2010

Harry Potter y la Cámara Secreta ***

(Harry Potter and the Chamber of Secrets, EUA 2002) Clasificación 'A'
Calificaciones: ****Excelente ***Buena **Regular *Mala


La espera ha terminado y el nuevo héroe favorito de todo niño y niña de doce años regresa a la pantalla, en una efectiva aventura de misterio que no pierde tiempo en presentaciones, gracias al éxito de la cinta anterior, Harry Potter y la Piedra Filosofal, dirigida también por Chris Columbus y escrita por Steven Kloves a partir de las novelas homónimas de la señora Rowling.

Ha pasado un año y Harry y sus amigos, junto con el resto de sus condiscípulos de Hogwarts, han crecido como niños normales en apariencia, pero con el secreto de que al inicio de su nuevo año escolar regresan a la afamada escuela de hechicería para continuar su aprendizaje, no sin varios obstáculos para Harry, empezando en la casa de sus tíos y continuando en el viaje a la escuela, esta vez acompañado en sus pesares por Ron. Una vez ahí, después de la ya acostumbrada reprimenda por el profesor Dumbledore, Harry y Ron se reúnen con Hermione para resolver el misterio en turno: la Cámara Secreta.

De acuerdo al plan de filmación de Columbus, todo el reparto principal de Harry Potter y la Piedra Filosofal está de regreso, encabezados por Daniel Radcliffe como Harry y Rupert Grint como Ron. Ambos un poco más estirados y con las voces a veces más graves y a veces totalmente fuera de control, justo como lo marca su entrada a la adolescencia, lo que concuerda perfectamente con la edad de sus personajes. Emma Watson repite en el papel de Hermione, la inteligente amiga de Harry, y ella también empieza a despuntar como una atractiva jovencita, lo cual es aprovechado un par de veces para apenas dibujar algunos momentos de leve tensión, propia de la edad, entre el trío dinámico. Al profesorado de Hogwarts, con el finado Richard Harris en su última actuación como Dumbledore, Maggie Smith, Alan Rickman y Robbie Coltrane, se ha sumado la presencia del genial actor y director Kenneth Branagh, interpretando a uno de los nuevos profesores, un hiperfamoso mago que prefiere firmar autógrafos a demostrar sus habilidades. Otra adición es Miriam Margolyes, la profesora Sprout, encargada de explicar a los niños las divertidas y peligrosas características de las mandrágoras. Además, en esta ocasión podemos conocer, en secuencias bastante dinámicas, a la familia de Ron y al papá del odioso Draco Malfoy (Tom Felton), interpretado por Jason Isaacs, el agente Devlin de El Smoking, aprovechando la también odiosa personalidad de papá Malfoy para sobreactuar de una forma deliciosa.

En este respecto, y por ser una historia totalmente de fantasía, el trabajo de los actores veteranos brilla por el gusto con que asumen sus excéntricos papeles. Para muestra, véase la escena de la clase de duelo que conjuntamente imparten Alan Rickman y Kenneth Branagh a los estudiantes. Sólo excelentes actores pueden saber la medida de la exageración, para conseguir interés y diversión en el público, sin verse fuera de lugar entre el resto del juvenil reparto. Sin duda Rickman y Branagh saben su negocio.

Columbus no se ha arriesgado y justo como en la Piedra Filosofal, ha apostado a una adaptación extremadamente fiel a la novela, que da como resultado una proyección de dos horas con cuarenta minutos, conservando el mismo diseño de producción y poblando cada escena de refinados efectos especiales, para conseguir la extravagante y misteriosa atmósfera de Hogwarts y su bosque aledaño que nos presentara en la primera cinta. Si bien las secuencias de acción son más emocionantes y extendidas que en la película anterior, todo el relato puede terminar por cansar a los niños más pequeños y a los adultos. Recordemos que los libros de la señora Rowling son totalmente dirigidos a un público infantil que se puede enfrascar por sí mismo en su lectura, y las propuestas cinematográficas de Columbus replican exactamente la experiencia. Así que si las novelas no lo han cautivado, y no tiene pequeños a quienes acompañar al cine, tal vez no la disfrute tanto y hasta le parezca exagerado el tiempo en pantalla. Especialmente si ha tomado una soda grande mientras ve la película. Créamelo.
(Publicada originalmente el 4 de Diciembre de 2002 en La Voz de la Frontera.)

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