(The Time Traveler's Wife, EUA 2009) Clasificación 'B'
Calificaciones ****Excelente ***Buena **Regular *Mala
Leanloquehicehoy, con saludos para Ana A.
Hoy viajé en el tiempo. Me visité a mí mismo cuando tenía cuatro o cinco años. Me encontré jugando en la calle de mi infancia y platiqué conmigo un rato. Le dije a ese niño que soy yo algunas cosas que considero importantes acerca de su vida futura/mi vida pasada, para que pueda/pudiera vivir una vida más feliz, menos difícil. Para que tome/tomara decisiones más inteligentes. No le dije a ese niño de cuatro o cinco años quién soy, pero traté de que entendiera la importancia de lo que le dije.
Lo anterior es una fantasía de mi cada vez más lejana adolescencia, seguramente disparada por esa permanente inconformidad con el mundo, propia de la edad. Aunque el tono y el contenido de la plática conmigo mismo variaba de una versión de la fantasía a otra, realmente nunca elaboré en un aspecto crucial: cómo viajar en el tiempo. Supongo que ante la imposibilidad de hacerlo realidad, el viaje en el tiempo ocurría en mi fantasía simplemente porque sí, porque lo necesitaba a esa edad, para ese encuentro conmigo mismo para tratar de enmendar el camino.
The Time Traveler's Wife toma un camino parecido, con un viajero en el tiempo que simplemente o hace, involuntariamente y sin una razón. A veces se encuentra consigo mismo a otra edad. La mayor parte de las veces simplemente viaja a otro año en su vida, pero no hay nada qué resolver ni hechos que cambiar. El viajero, Henry, acepta el viaje en el tiempo como quien acepta una alergia al polvo: los estornudos son molestos, pero ya pasarán.
Bueno, sí hay una explicación en la película, pero inteligentemente no se trata de ello, sino de las consecuencias o, mejor dicho, de una consecuencia: cómo llevar una vida amorosa con una persona si en cualquier momento se puede desaparecer en el tiempo, para regresar quién sabe cuándo después.
Dirigida por el alemán Robert Schwentke (Plan de Vuelo, 2005) y escrita por Bruce Joel Rubin (Ghost, 1990 y Stuart Little 2, 2002, de sus mejores guiones entre otros) a partir de una novela (que no he leído), The Time Traveler's Wife (que le digan "Te Amaré por Siempre", su idiota título para México, los comentaristas de espectáculos de Televisa y TV Azteca) empareja creíble y exitosamente a Eric Bana con Rachel McAdams en una historia a través de varias décadas que, más que preocuparse del "amor por siempre", se ocupa de una de las paradojas del viaje en el tiempo: el libre albedrío.
Si ya se sabe lo que va a suceder, ¿tiene algún sentido decidir cualquier cosa? ¿O las cosas que se sabe sucederán, lo harán por las decisiones que se tomen? Sin mayor alharaca, The Time Traveler's Wife toca con esta paradoja al viajero y a sus cercanos: padres, amigos, pareja y...
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